Dr. Rogelio Díaz Ortiz

“Todo lo viejo da paso a lo nuevo” La temporada de primavera está a punto de iniciar, el horizonte volverá a reverdecer, los jardines se llenarán de flores y la energía universal estará a nuestro alcance para “recargarnos”. Miles de personas se congregarán en sitios, tradicionalmente conocidos por ser espacios en donde se concentra la energía. Tal es el caso, de algunas zonas arqueológicas, vestirán de color blanco, danzarán y sincronizarán su intención para “rejuvenecer” su ánimo, flujo y frecuencia energética. Desde épocas muy antiguas se cree que la primavera es temporada que favorece la vida o su “regreso” a ella, seguramente haciendo alusión a los fenómenos de migración animal y al regreso de la hibernación. Los fisiólogos afirman que la primavera favorece la liberación de serotonina, dopamina y oxitocina… sustancias, todas, relacionadas con la felicidad, el placer y el alivio del estrés. Habrá que considerar que es una época del año en el que aumenta la temperatura atmosférica, por lo que es importante tomar medidas preventivas. Es importante considerar que toda la población es vulnerable, de manera especial niños y personas de la tercera edad. Las “Enfermedades Causadas por el Calor”, son una condición médica resultante de la incapacidad del cuerpo de deshacerse de una carga de intenso calor, así como la imposibilidad de mantener el equilibrio en su temperatura, esto se expresará con calambres, agotamiento, sincope, insolación y deshidratación. Sin olvidar lesiones en la piel, que si son “descuidades” podrían terminar en cáncer. Cuando el cuerpo comienza a sobrecalentarse, los vasos sanguíneos se dilatan y el latido del corazón es más intenso y rápido. El cerebro activa la sudoración para enfriar el cuerpo. Las glándulas sudoríparas sacan agua del torrente sanguíneo “fabricando” el sudor, este se evapora y libera el calor del cuerpo. La intensidad de la radiación solar sumada a la que se almacena en el suelo, produce la televisión, los hornos de micro ondas, las tabletas, computadoras y teléfonos celulares provocan alteraciones en las células corporales, en función de la sensibilidad y/o predisposición personal se afectan de manera permanente la piel, los ojos, los sistemas nervioso, circulatorio, digestivo, urinario y respiratorio. El cerebro contiene en su estructura química una gran cantidad de proteínas, las cuales se pueden “coagular” con el aumento de la temperatura corporal, por eso si esta aumenta, de manera urgente se recurre a maniobras físicas y farmacológicas que eviten el daño neuronal, en función de la sensibilidad de cada individuo el aumento en la temperatura puede manifestarse por cefalea, migraña, confusión, alucinaciones e incluso convulsiones. Por lo ya señalado, es muy importante que cuidemos nuestra salud protegiéndonos del contacto directo con el sol, usemos filtro solar, “mangas” para los brazos, lentes oscuros y polarizados, sombreros o gorras, hidratémonos permanentemente con líquidos claros y electrolitos orales, si realizamos ejercicio al aire libre se deberá “escoger” el horario más adecuado, usar ropa ligera y de colores claros. La primavera es época de fertilidad, polinización y refrendo de intenciones. Es oportunidad para hacer un “primer corte” a la lista de intenciones expresadas el primer día del año, respondernos si… ¿variamos nuestra alimentación?, ¿practicamos diariamente algún deporte?, ¿mejoramos nuestra actitud?, ¿establecimos hábitos favorables en nuestro pensar, decir y hacer? William Shakespeare afirmaba que… “La primavera le otorga un espíritu de juventud a todo”, en tanto que León Tolstoi decía que… “es la época para los planes y proyectos”. Deseo que cualquiera que sea tu percepción de la primavera, sea escenario de alegría, salud, satisfacciones, felicidad, amor y éxitos.